Casi todos los que han usado Windows 10 durante un tiempo han experimentado esa sensación de lentitud, especialmente cuando hay muchísimas aplicaciones ejecutándose en segundo plano. A veces, cerrarlas no es suficiente, o parece que Windows sigue molestándote con cosas innecesarias, incluso después de reiniciar. El objetivo es liberar recursos del sistema (CPU, RAM, disco) para que tu PC respire con más tranquilidad. Normalmente, se trata de gestionar lo que se está ejecutando sin interrumpir nada esencial. Porque, claro, Windows tiene que complicar las cosas de más con algunos procesos en segundo plano que probablemente ni siquiera conoces. Esta guía te mostrará cómo abrir el Administrador de Tareas, detectar los que consumen muchos recursos y cerrarlos correctamente, con la esperanza de que tu PC mejore su velocidad y capacidad de respuesta.
Cómo cerrar aplicaciones que se ejecutan en segundo plano en Windows 10
Acceder al Administrador de tareas
Primero, necesitas acceder al Administrador de Tareas. La forma más rápida es simplemente pulsar Ctrl + Shift + Esc. Este acceso directo parece sencillo, pero a menudo se pasa por alto. A diferencia de intentar hacer clic derecho en la barra de tareas para acceder a él, este método suele funcionar al instante. Una vez abierto, verás una ventana llena de pestañas y procesos; no te agobies, solo céntrate en la pestaña Procesos.
Esta es la sección principal donde Windows muestra todas las aplicaciones activas y los procesos en segundo plano. Organiza todo según el uso de recursos (CPU, memoria, disco, red), para que puedas identificar fácilmente qué procesos consumen más energía. En una de mis configuraciones, las aplicaciones en segundo plano a veces alcanzan el 50% de su capacidad, y es entonces cuando el sistema se ralentiza considerablemente.
Encontrar a los culpables: qué aplicaciones eliminar
Revisa la lista y selecciona las aplicaciones o procesos que *sabes* que no son críticos. Por ejemplo, cualquier aplicación etiquetada como “Proceso en segundo plano” relacionada con aplicaciones que no has usado en un tiempo, o pestañas de Chrome que consumen muchos recursos, aplicaciones de streaming o herramientas de actualización. Ten cuidado al cerrar aplicaciones como “Sistema”, “Explorador de Windows” o “procesos antivirus”: son esenciales o pueden causar problemas extraños si se cierran. Es un poco raro, pero en algunos equipos, cerrar algo en segundo plano una vez causa un problema, pero funciona correctamente después de reiniciar. Las reglas varían, pero en caso de duda, deja las aplicaciones del sistema como están.
Detener las aplicaciones: finalizarlas correctamente
Una vez que hayas seleccionado un proceso que estés casi seguro de que no necesitas ahora mismo, haz clic en Finalizar tarea. Suele estar en la esquina inferior derecha. Observa cómo tus recursos disminuyen un poco al instante. No sé por qué funciona, pero cerrar esas aplicaciones pesadas en segundo plano a veces puede mejorar notablemente tu rendimiento, sobre todo si seguían ejecutándose incluso después de cerrar su ventana o pausarse en segundo plano.
Manténte atento: algunas aplicaciones pueden reiniciarse inmediatamente si están configuradas para reiniciarse automáticamente, por lo que es posible que tengas que volver a verificarlas más tarde o deshabilitar los elementos de inicio si es necesario.
Resumen: Cerrar el Administrador de tareas
Una vez hecho esto, pulsa el botón X grande en la esquina superior derecha para cerrar el Administrador de tareas. Eso es todo: tu sistema debería responder un poco mejor. Sinceramente, en algunas configuraciones, he notado una ligera aceleración simplemente cerrando un par de procesos pesados en segundo plano por capricho. No es ninguna ciencia, pero vale la pena si tu PC se siente lento.
Consejos para mantener bajo control las aplicaciones en segundo plano
- Adquiera el hábito de revisar el Administrador de tareas de vez en cuando, especialmente si el rendimiento cae inesperadamente.
- Usa la pestaña Inicio del Administrador de tareas para deshabilitar las aplicaciones que no necesitas que se inicien al arrancar. Menos inicios significan menos procesos ocultos en segundo plano.
- Tenga cuidado con procesos del sistema como System o svchost.exe : son cruciales. Cerrarlos suele causar más problemas de los que merecen.
- Si algunas aplicaciones siguen consumiendo recursos, a veces ayuda cambiar a alternativas más ligeras o limitar su actividad en segundo plano (verifique la configuración de la aplicación o las opciones de Energía y Suspensión).
- Los planes de energía, como cambiar al modo de Ahorro de energía, también pueden reducir la actividad de fondo si simplemente estás intentando exprimir un poco más de energía.
Preguntas frecuentes
¿Por qué debería molestarme en cerrar aplicaciones en segundo plano en Windows 10?
Porque esas aplicaciones furtivas pueden consumir la CPU, la memoria y el disco, haciendo que el sistema se ralentice. Cerrarlas libera todo, haciendo que tu PC sea más rápido y responda mejor, especialmente en hardware antiguo.
¿Cómo sé qué aplicaciones son seguras para cerrar?
Si una aplicación consume mucha CPU o RAM, es una clara señal de que podría estar ralentizando el sistema. La pestaña “Procesos” lo indica claramente, pero siempre verifique (como con los procesos del sistema o de seguridad) antes de finalizar cualquier proceso crítico.
¿El cierre de procesos puede provocar fallos o errores?
Si te metes con los procesos equivocados, sí, puede ser. Asegúrate de entender qué estás cerrando. Normalmente, cerrar aplicaciones no esenciales es seguro, pero es más inteligente evitar cerrar aplicaciones críticas del sistema a menos que sepas lo que estás haciendo.
¿Con qué frecuencia debo borrar los procesos en segundo plano?
Siempre que su sistema se sienta lento, el mantenimiento semanal no es una mala idea, solo lo suficiente para mantener las cosas funcionando sin problemas sin estresarse.
¿Existen herramientas automatizadas para esto?
Las hay, pero tenga cuidado. Algunas aplicaciones de terceros afirman limpiar automáticamente los procesos en segundo plano, pero a veces causan más daño que beneficio o incluyen malware. Utilice las herramientas integradas de Windows o utilidades conocidas si es necesario.
Resumen
- Abra el Administrador de tareas con Ctrl + Shift + Esc.
- Vaya a la pestaña Procesos.
- Seleccione procesos innecesarios o que consuman muchos recursos.
- Presionar Finalizar tarea.
- Cierre el Administrador de tareas.
Resumen
Este proceso no es infalible, pero es sorprendentemente eficaz para despejar el desorden. Gestionar lo que se ejecuta en segundo plano ayuda a que el sistema se mantenga ágil, especialmente si sueles dejar demasiadas aplicaciones abiertas o si Windows arranca con un montón de cosas. Una simple comprobación de vez en cuando puede evitar esa molesta ralentización. Con suerte, esto le ahorrará algunas horas a alguien: es una forma sencilla de reiniciar ese PC lento desde dentro.