Doble Arranque entre Windows 10 y Linux Mint: Una perspectiva desde la práctica
¿Estás pensando en tener ambos sistemas operativos en la misma computadora? La verdad, es una forma genial de aprovechar lo mejor de Windows y Linux Mint sin tener que escoger solo uno. Puede parecer complicado, pero si sigues los pasos correctos, es totalmente manejable. Solo hay que hacer una pequeña preparación primero.
Haz una copia de seguridad de tus archivos – De verdad
Antes de meterte en cosas como particionar o instalar, respalda toda tu información. Parece algo básico, pero te sorprendería cuántas personas se saltan esta parte y terminan perdiendo archivos importantes. Usa un disco externo o una nube, lo que te sea más cómodo. Este respaldo será tu mejor amigo si algo sale mal durante el proceso.
Reservando espacio para Linux Mint
Ahora llega la parte divertida: crear espacio en tu disco para Linux Mint. Abre la herramienta de Administración de discos en Windows y reduce tu partición actual. Intenta darle al menos 20 GB, aunque si quieres instalar más programas en el futuro, mejor ponerle aún más. Aunque la idea suena sencilla, hay que tener cuidado para no borrar algo importante. Recordatorio: los errores ocurren cuando menos lo esperas, así que mejor ir con calma.
Consigue la ISO de Linux Mint
Luego, descarga la versión oficial de Linux Mint desde su sitio web. Asegúrate de escoger la versión adecuada para tu sistema—si tienes hardware moderno, elige la de 64 bits. Este archivo será tu entrada para crear una unidad USB de instalación más adelante.
Crear una USB booteable
Para convertir esa ISO en una memoria USB de arranque, herramientas como Rufus son muy útiles. Si te gusta experimentar, también puedes usar Balena Etcher o UNetbootin, que funcionan en Windows y Linux. Eso sí, recuerda: este proceso borrará todo lo que haya en la USB, así que revisa que no tengas archivos importantes allí. Esta USB será tu compañero para la instalación.
Llego la hora de instalar
Reinicia tu computadora y entra en la configuración del BIOS/UEFI. Normalmente, debes presionar teclas como F2, F12, DEL o Esc justo al encender. Busca la sección de Arranque y pon tu USB como la primera opción. Si tu sistema usa UEFI, asegúrate de que la opción Arranque Seguro esté desactivada, o no cargará nada. Guarda los cambios y reinicia, y deberías llegar al instalador de Linux Mint.
Una vez allí, selecciona tu idioma y haz clic en Instalar Linux Mint. Cuando te pregunten, escoge la opción de instalar junto a Windows. El instalador detectará tu sistema anterior y quizás te pida que ajustes el tamaño de las particiones. Si prefieres algo más personalizado, puedes usar el Editor de Particiones (como GParted). Cuando termine la instalación, se cargará GRUB, tu gestor de arranque, con la opción de elegir si quieres iniciar en Windows o en Linux Mint. Y listo, ya tienes configurado el doble arranque: cada reinicio puedes escoger qué sistema cargar, según lo que necesites en ese momento.
Por cierto, en algunos equipos puede que GRUB no aparezca inmediatamente. Un reinicio suele resolverlo, o jugar un poco con la configuración del BIOS. Solo recuerda eso.
No es un proceso sin complicaciones, pero una vez configurado, te da la flexibilidad de usar ambos sistemas según lo que tengas que hacer. Espero que esto te ahorre unas horas de lucha o, al menos, evite algunos dolores de cabeza.
Lista rápida:
- Haz copia de seguridad de tus archivos.
- Reduce la partición de Windows.
- Descarga la ISO correcta de Linux Mint.
- Creas una USB de arranque.
- Pones la USB como prioridad en el arranque.
- Procede con la instalación junto a Windows.
Una experiencia que, en varias máquinas, funciona sin problemas.