Arrancar Kali Linux desde una memoria USB en Windows 10 es bastante sencillo, pero créeme, tiene algunas peculiaridades. Básicamente, puedes ejecutar Kali sin instalarlo directamente en tu equipo, lo cual es muy práctico si quieres probarlo o usar algunas herramientas sobre la marcha. El truco está en crear una memoria USB de arranque y luego indicarle a tu PC que arranque desde ella, pero no esperes que sea tan sencillo como conectarla. En algunas configuraciones, tendrás problemas de arranque con la BIOS o la UEFI, o puede que la memoria USB ni siquiera aparezca en el menú de arranque. Por eso, esta guía te guía en la creación de esa unidad de arranque con herramientas comunes como Rufus y en cómo elegir las opciones correctas en la configuración de tu firmware. Si lo haces bien, conseguirás que Kali funcione desde tu memoria USB, sin modificar la configuración de Windows; ese es el objetivo, al menos.
Cómo iniciar Kali Linux desde USB en Windows 10
Descargue Kali Linux y prepare la unidad de arranque
Primero, descarga la última ISO de Kali Linux desde el [sitio web oficial](https://www.kali.org/get-kali/).Asegúrate de descargar el archivo legítimo; verifica su suma de comprobación para mayor seguridad. Luego, descarga Rufus desde su sitio web oficial. Es gratuito y muy ligero: no requiere instalación, solo ejecuta el archivo.exe. Inserta una unidad USB de más de 8 GB, pero primero haz una copia de seguridad de todo lo importante, ya que crear una unidad de arranque lo borrará todo.
A continuación, abre Rufus, selecciona tu USB en “Dispositivo”, elige la ISO de Kali y elige el esquema de partición que usa tu sistema (MBR para BIOS heredadas, GPT para UEFI).En una configuración funcionó perfectamente a la primera; en otra, tuve que ajustar la configuración de UEFI, así que no te desanimes si no funciona bien la primera vez.
Reiniciar y acceder al menú de arranque
Una vez que tu USB esté listo, reinicia el ordenador. Tendrás que acceder al menú de arranque, normalmente pulsando F12, F8, Esco la tecla que indique el fabricante. Esto puede resultar un poco extraño, ya que cada marca tiene teclas diferentes, y a veces no son tan obvias. Durante el arranque, busca las instrucciones en pantalla o consulta el manual. Aquí es donde Windows no te ayuda, porque, sí, configurar el orden de arranque puede ser complicado si no estás acostumbrado.
Seleccione la unidad USB para iniciar Kali
En el menú de arranque, selecciona tu unidad USB. Si no aparece, comprueba que se haya creado correctamente o que tu BIOS/UEFI esté configurado para reconocer dispositivos de arranque externos. Si tu sistema admite el Arranque Seguro, es posible que tengas que desactivarlo temporalmente en la configuración de la BIOS, ya que la ISO de Kali a veces puede bloquearse. Normalmente, esto se encuentra en Seguridad > Arranque Seguro. Una vez que selecciones la unidad USB, tu sistema debería empezar a arrancar en Kali Linux. Nota: si se bloquea o arranca de nuevo en tu Windows habitual, repite estos pasos, comprueba el orden de arranque o asegúrate de que la unidad USB esté formateada y escrita correctamente.
Consejos para arrancar Kali Linux desde USB en Windows 10
- Asegúrese de que su unidad USB esté formateada como FAT32 o NTFS, pero FAT32 suele ser más seguro para fines de arranque.
- Verifique la suma de comprobación ISO de Kali para evitar que descargas corruptas arruinen todo.
- Si el USB no aparece como una opción de arranque, vuelva a visitar la configuración de Rufus o la configuración de su BIOS.
- Actualice su BIOS/UEFI si el arranque desde USB sigue sin funcionar. A veces, las BIOS antiguas presentan fallos.
- Familiarícese con el menú de su BIOS: saber cómo deshabilitar el Arranque seguro o habilitar CSM/Legacy podría ahorrarle algunos dolores de cabeza.
Preguntas frecuentes
¿Puedo usar cualquier unidad USB para iniciar Kali Linux?
En general sí, pero se recomiendan al menos 8 GB, ya que la ISO de Kali puede ser bastante grande. Además, debe estar formateada correctamente (FAT32 o NTFS, según la compatibilidad de la BIOS).
¿Arrancar desde un USB afectará mi sistema Windows 10?
No. Es como ejecutar desde un Live CD o DVD: el sistema operativo principal permanece intacto. Solo inicias Kali temporalmente.
¿Por qué mi unidad USB no aparece en el menú de arranque?
Podría deberse a un proceso de creación incorrecto o a que la configuración de la BIOS podría estar bloqueando los dispositivos de arranque externos. Verifique que el Arranque Seguro y el Arranque Rápido estén desactivados y, si es necesario, verifique si puede activar el modo de arranque heredado.
¿Necesito una conexión a Internet para ejecutar Kali Linux desde USB?
No exactamente; puedes ejecutar la mayoría de las herramientas sin conexión. Pero si quieres actualizar o instalar nuevos paquetes, sí, una conexión a internet te ayudará.
¿Puedo guardar mi trabajo o cambios en Kali desde un USB?
Si no configuró la persistencia durante la creación, todos los cambios se perderán al reiniciar. Configure la persistencia si desea conservar el estado y los archivos entre sesiones; este proceso requiere particiones especiales.
Resumen
- Descargue Kali Linux ISO desde el sitio oficial
- Obtén Rufus desde su sitio y prepara tu USB
- Inserte el USB, cree la unidad de arranque y elija el esquema de partición correcto
- Reinicie, vaya al menú de arranque y seleccione el USB.
- Si arranca, disfruta de Kali sin instalarlo, solo ten cuidado con la configuración del BIOS/UEFI
Resumen
Todo este proceso puede parecer un poco engorroso al principio, especialmente con problemas de BIOS y arranque seguro, pero una vez que funciona, es bastante sencillo. Kali es un potente conjunto de herramientas para pruebas de seguridad, y poder ejecutarlo desde USB significa que no tendrás que modificar tu sistema operativo principal; es perfecto para probar o aprender. Recuerda que cada máquina es un poco diferente. A veces, tendrás que modificar las opciones de BIOS o recrear la unidad de arranque si algo falla. Si funciona, tendrás un entorno Kali Linux portátil listo para usar, estés donde estés.
Con suerte, esto le ahorrará algunas horas a alguien o, al menos, le permitirá ponerse en funcionamiento sin demasiadas complicaciones.