Mantener limpio tu mando de Xbox no solo es cuestión de higiene, sino que también mejora su rendimiento. El sudor, la suciedad y la mugre pueden hacer que los botones se atasquen, que los gatillos se vuelvan lentos y, en general, que el mando responda menos. Dicho esto, una limpieza rápida de vez en cuando puede marcar la diferencia. Normalmente, es sencillo: no es necesario abrirlo a menos que sea absolutamente necesario. Así que, si tus botones se sienten pegajosos o la respuesta se ha visto afectada, estos pasos pueden ayudarte a recuperarlo.
¿Cómo limpiar el mando de Xbox?
Prepare los suministros de limpieza
Primero, reúne todo con antelación; te ahorras muchos problemas a mitad de camino. Necesitarás un paño suave de microfibra (la varita mágica para las manchas de huellas dactilares), bastoncillos de algodón para los espacios estrechos y un palillo o un cepillo suave si necesitas hurgar en las grietas. Además, asegúrate de tener alcohol isopropílico al 70 % o más; evita productos más baratos o diluidos. Tener aire comprimido a mano es una ventaja si el mando está muy sucio. Créeme, cuando el polvo entra en las grietas, puede causar problemas extraños, así que detectarlo a tiempo ayuda.
Si no sabes cómo apagar tu mando de Xbox de forma segura antes de empezar, un pequeño recordatorio: mantén pulsado el botón Xbox hasta que se apague la luz o ve al menú Configuración > Dispositivos y conexiones > Accesorios para apagarlo. Claro que Windows lo hace un poco más difícil de lo que parece.
Limpiar el exterior
Este es sencillo. Humedece ligeramente el paño de microfibra con alcohol; no lo empapes, solo un poco. Presiona suavemente y limpia toda la carcasa, especialmente las zonas de mayor contacto, como las empuñaduras y los gatillos. Esto ayuda a eliminar la grasa y la suciedad superficial que pueden hacer que las empuñaduras se deslicen o que los botones se peguen. Si el paño se moja demasiado, es fácil que entre líquido en las partes internas, lo cual, sí, no quieres. En algunas configuraciones, esto puede parecer un paso menor, pero vale la pena hacerlo antes de empezar con los detalles más complejos.
Después de limpiarlo, si desconectas el mando, sigue estos pasos para volver a emparejarlo: mantén presionado el botón de emparejamiento en la parte superior del mando (junto al puerto USB), selecciona Dispositivos y conexiones > Accesorios en el menú Xbox y selecciona el mando para volver a emparejarlo. No siempre funciona a la primera, pero la paciencia es clave.
Botones y joysticks limpios
¿Has notado cómo se ensucian los botones frontales? Es normal. Sumerge un hisopo de algodón en alcohol isopropílico y pásalo suavemente por los bordes de cada botón. No seas agresivo: el objetivo es quitar la suciedad sin dañar los componentes electrónicos que se encuentran debajo. Para los joysticks, gíralos lentamente mientras limpias el anillo de la base; la suciedad se acumula allí. Un hisopo seco después ayuda a eliminar los residuos restantes, mejora la sensación de agarre y, con suerte, evita que se peguen. A veces, la suciedad acumulada es tan resistente que puede que valga la pena darle a toda la zona un chorro rápido de aire comprimido con un plumero, pero no te pases.
Por cierto, si te preguntas para qué sirve el botón L3 (presionar el joystick izquierdo), se suele usar para correr en juegos o como comando secundario. Conocer la función de cada comando ayuda a decidir si limpiar realmente mejora o si solo se necesitan ajustes de software.
Eliminar la suciedad de las grietas
Las grietas alrededor de los gatillos, topes y líneas de unión acumulan muchísima suciedad. Usar un palillo o un cepillo de cerdas suaves con cuidado puede aflojar y retirar la suciedad. Si esto no es suficiente, un chorro rápido de aire comprimido en espacios reducidos puede eliminar el polvo y el pelo de las mascotas. Simplemente tenga cuidado: si empuja con fuerza, puede rayar o romper algo en el interior. Compruebe siempre si los gatillos y topes se mueven con suavidad después; si no es así, probablemente sea señal de que necesita una limpieza más profunda o incluso abrirlo para desmontarlo por completo (pero esa es otra historia).
Desinfecte y seque el controlador
¡Sí, último paso! Limpia de nuevo con un paño limpio ligeramente humedecido con alcohol, centrándote en las zonas de mayor contacto. Esto elimina cualquier gérmenes persistentes, especialmente si compartes el mando con otras personas. Después, deja que se seque bien; no te apresures en este paso o corres el riesgo de que entren microgotas. Una vez que esté completamente seco, vuelve a conectarlo y prueba todos los botones y joysticks para asegurarte de que todo funciona como nuevo. Lo curioso es que a veces una limpieza rápida mejora la respuesta, pero en otra configuración, podría requerir un poco más de esfuerzo o incluso una reparación profesional si algo falla mucho.
Preguntas frecuentes
Generalmente, cada una o dos semanas si juegas mucho o lo compartes con otros; con más frecuencia si se ve sucio o empieza a comportarse de forma extraña. El mantenimiento regular garantiza que todo funcione a la perfección.
No. El agua puede filtrarse y causar corrosión o daños. Usa alcohol isopropílico: se evapora rápido y mata los gérmenes.
Limpie los bordes con alcohol y un hisopo. Si aún se pega, podría haber mucha suciedad o un problema de hardware. Generalmente, la mejor solución es una reparación o un reemplazo profesional.
Por supuesto. Todos los pasos anteriores son compatibles con el exterior; no es necesario desmontarlo. Si después de eso sigue fallando, quizás sea hora de considerar abrirlo o buscar ayuda.
Resumen
Básicamente, unos minutos de vez en cuando en el mando lo mantienen activo e higiénico. No sé por qué funciona, pero es curioso la diferencia que puede suponer una limpieza suave. Recuerda no excederte con los líquidos y secarlo siempre bien antes de usarlo.¡Mucha suerte! Ojalá esto te ahorre algunas horas de frustración algún día.
Resumen
- Reúna un paño de microfibra, hisopos de algodón, alcohol y aire comprimido.
- Limpie el exterior con cuidado, evitando mojarlo demasiado.
- Limpie los botones y joysticks con hisopos humedecidos con alcohol.
- Utilice palillos de dientes o cepillos para las grietas y costuras.
- Desinfecte y seque completamente antes de volver a conectar.